El otoño siempre ha sido mi estación favorita, y es que es un tiempo que invita a ir hacia adentro, a hacer composta y separar el grano de la paja para prepararnos para un nuevo ciclo de renacimiento.
En esta luna nueva de diciembre cierro el Portal de lxs Ancestrxs y levanto el Altar de Vida que abrí el 2 de noviembre. Un portal que se marca en el grado 15 de Escorpio como brújula entre el Equinoccio de Otoño y el Solsticio de Invierno (en el hemisferio norte) y que se conoce bajo varios nombres según qué tradición honremos. Un tiempo en el que la energía de la vida se recicla atravesando la muerte espiral y el vacío; cuando el velo entre la vida y la muerte se afina, reconociendo que somos parte del ciclo Vida-Muerte-Vida.
Bert Hellinger, creador de las Constelaciones Familiares, nos amplía la mirada incluyendo a los muertos y excluidxs de los sistemas familiares. Cuando podemos reconocerles y decir interiormente: Te veo, te respeto. En mi corazón tienes un lugar. Me inclino ante tu destino, sea cual fuese, y asumo mi propio destino, tal como me esté dado. «Así, en vez de los vivos ir hacia los muertos, los muertos vienen hacia los vivos, velando por ellos con amor». Al concederles el lugar que les corresponde en nuestra alma, estamos en paz con ellos y, dado que tenemos a todos los que forman de nosotros, nos sentimos completos e íntegros» B. H.
@ciclospachamama en colaboración con @aunar y @devueltaacasapr, estamos gestando espacios para poder facilitar estos diálogos sobre la muerte y los duelos. Te invitamos a seguirnos en Instagram y estar pendiente de nuestras próximas actividades.